Mediante el uso de datos de una encuesta telefónica del gobierno federal con adultos, los investigadores de Johns Hopkins Medicine informan sobre la evidencia de que la inhalación de vapor de tabaco calentado a través de los cigarrillos electrónicos se relacionó con mayores probabilidades de asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC, conocida también como COPD, por sus siglas en inglés), afecciones que durante mucho tiempo se demostró son causadas por fumar cigarrillos tradicionales combustibles. Los datos también sugieren que las probabilidades de desarrollar EPOC podrían ser hasta seis veces mayores cuando las personas informan que usan cigarrillos electrónicos y cigarrillos convencionales con regularidad, en comparación con las que no usan ningún producto de tabaco.
Los informes sobre los estudios se publicaron en el American Journal of Preventive Medicine y en BMC Pulmonary Medicine.
Para ambos estudios, los investigadores advierten que no fueron diseñados para demostrar que el uso de los cigarrillos electrónicos directamente causa la enfermedad pulmonar, sino tan solo si el hacerlo se asociaba con una mayor probabilidad de padecer la enfermedad. También advirtieron que los testimonios recogidos en las encuestas telefónicas podrían no ser del todo fiables. Sin embargo, dicen que sus hallazgos demuestran la necesidad de una investigación continua con los usuarios de cigarrillos electrónicos a lo largo del tiempo para confirmar y aclarar los riesgos.
“Aunque los cigarrillos electrónicos pueden resultar más seguros en general que los cigarrillos combustibles tradicionales, nuestros estudios se suman a la creciente evidencia de que conllevan riesgos para la salud”, dice el Dr. Michael Blaha, profesor de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
El asma, caracterizada por la inflamación de las vías respiratorias y la dificultad para respirar, afecta a unos 25 millones de estadounidenses, y los episodios que ponen en peligro la vida se pueden desencadenar fácilmente por la contaminación, las alergias o el tabaquismo. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que afecta a unos 16 millones de estadounidenses, describe un grupo de trastornos que incluyen enfisema y bronquitis crónica que dificultan la respiración debido al daño permanente que sufren los pulmones con el tiempo. Los índices de asma y EPOC están aumentando en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. La mayoría de los casos de EPOC son el resultado de fumar cigarrillos tradicionales.
Un estudio publicado por Blaha en la Annals of Internal Medicine estimó que el 1.4 por ciento de las personas, o cerca de 1.9 millones de personas en los EE.UU., usan solamente cigarrillos electrónicos. Informes dispersos han relacionado la práctica con un aumento de las enfermedades respiratorias denominadas EVALI, por sus siglas en inglés, (lesiones pulmonares asociadas al uso de productos de cigarrillos electrónicos o vapeo) que afecta a más de 2 500 personas y que está asociada a numerosas muertes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Debido a que el vapeo y los productos que se inhalan con él son todavía relativamente nuevos en el mercado, su seguridad sigue sin estar clara.
Para aportar algo más de información sobre el riesgo, los investigadores aprovecharon los datos de la encuesta nacional recopilados por el Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo del Comportamiento de 2016 y 2017. Esta encuesta anual, encargada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., consistió en entrevistas telefónicas a más de 400 000 participantes adultos y proporciona datos sobre conductas de riesgo relacionadas con la salud y afecciones médicas crónicas.
En el análisis publicado en la revista BMC Pulmonary Medicine, los investigadores analizaron los datos de 402 822 personas que se identificaron como nunca fumadores, lo que significa que dijeron que habían fumado menos de cien cigarrillos combustibles en sus vidas. De estas, 3 103 reportaron haber usado cigarrillos electrónicos o productos de vapeo, y por separado 34 074 personas reportaron tener asma. La edad promedio de los usuarios de cigarrillos electrónicos se redujo en el grupo de entre los 18 y los 24 años. Aproximadamente el 67% de los usuarios de cigarrillos electrónicos eran hombres. Alrededor del 57% de los usuarios de cigarrillos electrónicos reportaron que eran blancos, el 19% eran hispanos y el 12% eran afroamericanos.
Casi el 11% de los usuarios de cigarrillos electrónicos reportaron tener asma, comparado con el 8% de aquellos que nunca habían usado cigarrillos electrónicos. Aquellas personas que informaron ser usuarios actuales de cigarrillos electrónicos fueron 39% más propensas a reportar por sí mismas que tenían asma, en comparación con aquellas personas que dijeron que nunca habían usado cigarrillos electrónicos. Aquellos que dijeron que usaban cigarrillos electrónicos algunos días fueron un 31% más propensos, y los usuarios diarios fueron un 73% más propensos a reportar asma, en comparación con los que no usaban cigarrillos.
Para el análisis publicado en la American Journal of Preventive Medicine, los investigadores analizaron los mismos datos de todos los participantes cuestionados. Y de los más de 700 000 entrevistados, cerca del 61% reportaron nunca haber sido fumadores, cerca del 9% eran fumadores actuales y el 30% eran ex-fumadores. Más del 3% dijeron que actualmente usaban cigarrillos electrónicos y el 2% dijeron que usaban tanto cigarrillos electrónicos como tradicionales. Los usuarios de cigarrillos electrónicos tenían más probabilidades de caer en el rango de edad de 30-34 años, casi el 60% eran hombres, el 72% se identificaron como blancos, el 8% como afroamericanos, el 3.5% como asiáticos y el 11% como hispanos.
De los que dijeron que usaban cigarrillos electrónicos, alrededor del 11% dijo que tenía bronquitis crónica, enfisema, EPOC, en comparación con el 5.6% de las personas que dijeron que nunca habían usado cigarrillos electrónicos. Entre los no fumadores, los actuales usuarios de cigarrillos electrónicos eran un 75% más propensos a informar de que tenían EPOC, en comparación con los que nunca los habían usado. Los que dijeron que usaban tanto cigarrillos electrónicos como cigarrillos tradicionales tenían casi seis veces más probabilidades de declarar tener EPOC, en comparación con los que nunca habían usado ninguno de los dos, mientras que el uso exclusivo de los cigarrillos combustibles, aumentaba las probabilidades tres veces.
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